Desde muy pequeña he sido una apasionada de todo lo relacionado con Egipto. Tanto es así que una de las ilusiones de mi vida era ponerme a los pies de una pirámide y mirar hacia arriba...así de sencillo! En 2008, cuando fuimos de viaje de novios, hice ese sueño realidad, conseguí estar a los pies de esa impresionante construcción y mirar con asombro y felicidad hacia arriba. Y no sólo conocí las pirámides, fue un viaje lleno de experiencias, divertido, bonito y sobre todo grandioso, descubrí un país que me enamoró mucho más que cuándo lo veía en fotos o leía en libros de arte.
Los egipcios fueron el gran descubrimiento de esos 15 días, su hospitalidad, su amabilidad y sobre todo esa pasión por hacerte entrar en su juego preferido, el regateo! Un pueblo muy consciente de su principal fuente de ingresos, el turismo, y muy volcado en servir, agradar y tener contento a sus invitados.
Una de las mejores cosas que saqué del viaje fue una amistad con nuestro guía. Ahmed es un chico de 23 años, enamorado de la cultura española. Chapurreaba un "perfecto" español, y haciendo horas extra nos enseñó un Cairo que no ven los turistas. Sus bares, sus entresijos, incluso sus casas de alterne... pero esta es otra historia que otro día os contaré, que me desvío del tema. En resumen, un perfecto guía y compañero durante nuestra estancia en El Cairo.
Hace unos días, cuando comenzaron las revueltas en Egipto, mandé un privado en Facebook a Ahmed, para saber cómo veía la situación, cómo le estaba afectando... y no recibí respuesta. La situación ha ido a peor y cada vez son más las imágenes de enfrentamientos, disparos y muertos que podemos ver en los telediarios. Ver el museo de El Cairo rodeado de militares con metralletas para defender sus tesoros es algo que da mucha pena. Pena porque te planteas que un país de 80 millones de personas en el que más de 40 millones viven con menos de un euro al día. Si ese euro lo pierden... Su principal fuente de ingresos es el turismo y cómo esta la cosa quién va a planear unas vacaciones para mirar hacia arriba desde los pies de una pirámide?
Escribo esta entrada porque hoy he recibido un mail de Ahmed. Un mail que me ha desgarrado el alma, un mail que me ha dado mucha pena y que me ha hecho ponerle nombre a uno de esos egipcios que corren por las calles de El Cairo con sangre en la cara. Ahmed no cuenta buenas nuevas, pero por lo menos ha respondido.
Espero que todo esto se solucione, que los egipcios logren una democracia que les haga ser un poco más libres y que podamos volver a ver a Ahmed sonriendo, que nos vuelva a descubrir ese Cairo caótico de conductores locos y regateos.
Una de las mejores cosas que saqué del viaje fue una amistad con nuestro guía. Ahmed es un chico de 23 años, enamorado de la cultura española. Chapurreaba un "perfecto" español, y haciendo horas extra nos enseñó un Cairo que no ven los turistas. Sus bares, sus entresijos, incluso sus casas de alterne... pero esta es otra historia que otro día os contaré, que me desvío del tema. En resumen, un perfecto guía y compañero durante nuestra estancia en El Cairo.
Hace unos días, cuando comenzaron las revueltas en Egipto, mandé un privado en Facebook a Ahmed, para saber cómo veía la situación, cómo le estaba afectando... y no recibí respuesta. La situación ha ido a peor y cada vez son más las imágenes de enfrentamientos, disparos y muertos que podemos ver en los telediarios. Ver el museo de El Cairo rodeado de militares con metralletas para defender sus tesoros es algo que da mucha pena. Pena porque te planteas que un país de 80 millones de personas en el que más de 40 millones viven con menos de un euro al día. Si ese euro lo pierden... Su principal fuente de ingresos es el turismo y cómo esta la cosa quién va a planear unas vacaciones para mirar hacia arriba desde los pies de una pirámide?
Escribo esta entrada porque hoy he recibido un mail de Ahmed. Un mail que me ha desgarrado el alma, un mail que me ha dado mucha pena y que me ha hecho ponerle nombre a uno de esos egipcios que corren por las calles de El Cairo con sangre en la cara. Ahmed no cuenta buenas nuevas, pero por lo menos ha respondido.
Espero que todo esto se solucione, que los egipcios logren una democracia que les haga ser un poco más libres y que podamos volver a ver a Ahmed sonriendo, que nos vuelva a descubrir ese Cairo caótico de conductores locos y regateos.
